Sunday, November 11, 2007

SURREALISMO COREANO (1ª parte -seguro que habrá más-)

La bandera de Corea lo refleja bien; el equilibrio: el ying y el yang; con el cielo, la tierra, el fuego y el agua cercándolos sobre fondo blanco. Para los coreanos su estandarte es la proporción, la armonía espiritual, un principio que impregna la vida diaria hasta donde puede.

En este país, Ying y Yang no se llevan bien la mayoría de las veces. En el centro, el combate es constante y la confusión entre virtud y desmadre lleva situaciones surrealistas; a veces divertidas, otras patéticas.

Los coreanos son las dos caras de la misma moneda en muchas situaciaones. Por ejemplo, son tan hospitalarios y corteses que si le comentas a alguien algún problema, y si está en su mano, te lo solucionará al instante, si no, lo hará al día siguiente. Pero, igualmente, puedes preguntarle a un taxista o a cualquiera por una dirección y es posible que salga corriendo sin contestarte (aún no he descubierto si esto lo hacen por timidez, por prisas o porque les da la gana).

Todos los hombres jóvenes aptos están obligados a servir en el ejército durante dos años. El respeto a las jerarquías es feroz y su idea del deber, a veces, no les permite grandes dosis de creatividad que les hagan salirse de la norma. La semana pasada, dos chavales vestidos con uniforme de instituto bajaban en ascensor conmigo, en el 6º, entró un señor mayor, de unos 70 años, los miró y les dijo algo así como "meteos la camisa por dentro". Obedecieron.

Los deportes también tienen un aire marcial. En el pabellón de deportes de la Univeridad Yonsei entrena el equipo de baloncesto, todos los jugadores se colocan en formación. Mientras, el entrenador, pequeño y con cara de mala ostia, les observa, se pasea, comenta algo al grupo de gigantes y luego reprocha no-sé-qué a algunos. Finalmente, el equipo se inclina ante el bajito mister, lanza el grito de guerra y rompe filas camino de las duchas.

Sin embargo, la juventud no es tan gris como pudiera parecer. Ser joven no puede ser gris y la bonanza económica les ha empujado a revelarse contra las ataduras paternalistas a su manera: conviertiéndose en fashion victims y emborrachándose hasta caer rendidos. Las tiendas de cosméticos proliferan en todas las calles comerciales, al igual que los centro de belleza y manicura. Los chicos visten de manera impecable, con el estilo de un hombre anuncio: camisa, chaleco, corbata y bolso ( sí, bolso). Las mujeres lucen una afectación de fragilidad e inocencia que las hace andar a saltitos, encogerse y taparse la boca con las manos mientras sonríen. Ambos buscan la pareja ideal, envuelta en amor ñoño.

Todo el mundo está sumergido en la era de la ubicuidad y no paran de mandar mensajitos, mientras ven en el móvil su telenovela favorita, incluso en el metro, donde hay cobertura. La mayoría están ausentes y no se desvían de la pantalla ni cuando pasan ciegos, minuválidos o abuelas demacradas pidiendo unos wones y cargando un radiocassete que reproduce una canción lastimera.

Las borracheras, son cosa aparte. No es generalizable, pero se ven melopéas épicas, y sobre todo en mujeres. En Corea toda la movida nocturna está dominada por el Hip Hop, no se escucha otra cosa. No sé dónde beben tal cantidad de alcohol, pero durante los fines de semana en las calles yacen mujeres sin consciencia y novios borrachos que intentan levantarlas. Se tiran al suelo, se levantan y caen de espaldas, se duermen, se depiertan y se besan. No llaman a una ambulancia porque aquí la sanidad pública no existe y hay que pagar el viaje y la B12.

De vuelta casa, un poco más de surrealismo coreano en el torbellino del ying yang en una calle llena de bares oscuros y sucios, junto a puertas rojas y letreros con dibujos de mujeres. Al menos 200 metros de antros que, aunque estén llenos de luces tintineantes, siguen siendo oscuros.Al lado de uno de ellos aparece una cruz. Es una iglesia de estas que aquí se ubican en cualquier parte.






1 comment:

Francisco said...

a ver: Primero que nada encuentro que tu blog es sumamente interesante y me ha gustado mucho. En segundo lugar, quisiera hacerte una pregunta cuya respuesta es sumamente subjetiva: ¿es corea un lugar como para vivir? ¿es agradable? Yo soy de Chile y aquí de verdad a veces siento una especie de molestia porque lo encuentro a veces inseguro y otras un tanto aburrido del lugar.
En tercer lugar me gustaría saber si corea tiene sectores rurales donde se puede vivir.