Wednesday, December 6, 2006

En busca de una salida


Unos niños venden armadillos a la orilla de la carretera. Otro, de unos 12 años, busca mango que vender, turistas a los que guiar, un mundo de sueños inabarcables bajo este sol . Al regreso, tras haber entregado 4.000 pesos por puro sentimiento de culpa a niños sin escolarizar, cruzamos caserios miserables donde malviven negros e indios víctimas de una nueva esclavitud. Por los arcenes regresan cuadrillas de los cafetales con el sobrero vuelto jirones y las botas llenas de barro. En la oscuridad de la noche regresan familias en motocicletas sin luces y reluctan unos ojos tras las cortinas de un mísero bohío.

1 comment:

Ámina said...

Hay realidades demasiado grandes para nuestra concepción de un niño y cuerpos demasiado pequeños para tanta miseria.
La idea del mundo feliz en la que hemos crecido es falsa por estrecha y selectiva. Lo peor de ver todas esas cosas es sentir el humano impulso de huir, de volver a refugiarte en la ignorancia y la lejanía del papel de periódico y algún que otro telediario...
México también cuesta