Monday, October 8, 2007

DE CAMINO AL OTRO LADO DEL MUNDO


boomp3.com

Todo era confusión al principio, las maletas, las prisas, algo que se olvida, lo que va quedando atrás. Pero los cinco que viajabamos no podíamos imaginar que iría a peor. El infalible ICEX, en su compromiso con el contribuyente, nos asignó los billetes más baratos del vuelo que nos llevaba hasta Seúl, por lo que sólo teníamos derecho a llevar una maleta de 20 kilos -todo eso para pasar un 15 meses en un país con uno de los peores inviernos del mundo-. Al final casi todos acabamos pagando el sobrepeso de nuestros abrigos a 30 euros el kilo, entre 90 y 180 euros, y nos las tuvimos que ingeniar para que KLM no nos sangrara más el bolsillo.
Una vez en el avión, de nuevo vuelves a tus pensamientos. Ya no hay marcha atrás y cuando vuelvas nada será lo mismo. A eso se suma la certeza de que vas a un país totalmente desconocido en el que serás un analfabeto absoluto que no sabe decir correctamente una sola palabra.
Por suerte (ahora lo sé), teníamos muchas razones para desviar la mente de nuestras dudas cuando emabrcamos en el universo KLM. El 747 en el que volamos era una reliquia de los setenta digno de la película Aeropuerto 77. Una azafata de unos 60 años y con cara de monja con mala leche nos dio la bienvenida a un avion intercontonental que no tenia pantallas indiiviuduales para ver peliculas y que se parecía más bien al autobus de Auto-res que va a Badajoz, con una tele de tubo catódico en medio del pasillo que solo era visible comodamente para los que tenían asientos de exteriores. Lo mas chocante fue cuando nos encontramos a la abuela-azafata en el primitivo monitor presentando un vídeo promocional de la compañía con su peinado rubio desfasado y esa cara masculina incapaz de sonreír. Ni que decir tiene que con esta introducción no nos soprendió que las películas que pasaron fueran de Serie C o menor. Vaya 11 horas de viaje!!
Una vez en Seoul te vuelven a asaltar las dudas por la vida perdida y porque no sabes si lo que ganarás con esto compensará todo lo demás. Sin embargo, el caos de la ciudad te obliga a dejar que el calambre en el estomago se convierta en un poso de nostalgia. Hay muchas cosas nuevas y hay que estar muy atento.

Fotografía tomada el 6 de octubre de 2007, Seúl (Edificio Ssanyong 101). Jairo (c)

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